Recuerdos gastronómicos de Gordocabrón

Estoy hasta las mismísimas pelotas de "la moda".
Pero no se equivoquen, no hablo de "la moda de moda". Más bien me refiero a la moda de ir a los restaurantes porque sí, porque están de moda.
Me toca los cataplines que la justificación para visitar un abrevadero sea precisamente esa, que está "de moda".
Pero...
-¿Se come bien?
-Pues no especialmente.
-¿Es un lugar precioso?
-Pues tampoco, el terciopelo por doquier me se indigesta.
-Entonces, el servicio debe de ser estupendo.
-Pues no. Tienes suerte si te atienden rápido, tienes más suerte si no te levantan los platos de la mesa antes de que acabes y ya es la hostia si se fijan en que se te acabó la cerveza y te ofrecen otra... Vamos, que es una mierda, joé.
-Pos no lo entiendo, debe de ser una ganga.
-Te lo voy a explicar: Verduras a la sartén. Ver-duras de cojones, "al dente roto", tanto que los vegetales no debían haber pasado por el fuego (igual por la prisa). 15 loros. Tacos de merluza, literalmente tres de unas dimensiones aproximadas de 3x4x4 centímetros. 25 loros --calculen a cuánto sale el centímetro cúbico del dichoso pescadito y fliparán--. Sumamos a eso dos cervezas (la segunda se hizo de rogar) y dos zumos de tomate (el primero, estupendamente preparado y el segundo, fatalmente) y el montante resultante, 57 loros.
Eso sí, por ese dinero vi Botox, Silicona, pijos y pijas por todas partes. He tenido pesadillas con Carmen Lomana. Y además, todo el mundo entra creyéndose que es famoso, como diciendo: ¡mírame, coño, que salgo en Sálvame!
Si quieren ir, se busquen la dirección en interné, que yo no lo recomiendo ni de coña.
Hala, feliz año nuevo y hasta la próxima.
Pd: Igual hasta se encuentran a alguien de la familia real por el garito. De mi parte, le pueden decir a Hurtangarín que me deje algo, que estoy muy necesitado.

Leonardo

Ten con Ten

Gustav Mahler

Constelación Martín

Pan de 95 octanos

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