Aloz
Pero yo... ¡yo estoy determinado a romper con esta fatal tradición familiar!
¿Seré capaz?
De momento, ayer me estrené con un taller en la escuela de cocina de la libreria A Punto, en Madrid (www.apuntolibreria.com) bajo los sabios consejos de Chema de Isidro, del restaurante La Bella Lola (http://www.restaurantebellalola.com).
Y no he ido mal la experiencia, creo. Arroz seco con berberechos, meloso con bacalao y el triunfador de la noche, un arroz caldoso con marmitako de bonito --sui géneris--. Mira que no soy yo mucho de patatas con arroz, pero nos salió de cine.
Si alguien quiere someterse al experimento, que lo diga e igual un día me atrevo a invitar. La única condición es que diga que está buenísimo aunque sea lo puto peor, para alimentar mi ya de por sí hambriento ego.
Y con ello, intentaré limpiar el expediente de la 'famiglia' en cuestión de arroces.
-Abuela, aunque no vayas a leer esto: lo de los veinte minutos para el arroz es un mito que hay que derribar ¡ya! Y lo mismo aplica para los veinte minutos de la pasta. Además, no es estrictamente necesario poner un bote de colorante en cada ración. De verdad...
-Mamá... ¿Qué te voy a contar? El arroz 'brillante' pa la paella... ¡¡Nononoooooooo!! Y, a ser posible, mejor en un recipiente plano y no en la olla. Y cuando quieras, competimos... Pero te quiero un montón.
Otro día, si os portáis bien, haré un post de arrocerías en Madrid. Ya aviso de que no es para tirar cohetes, pero sí es verdad que vamos más allá de la Paella d'or, ese infecto y abominable pseudo alimento que los guiris se comen doblaos (recipiente incluido) en esas terrazas madrileñas tan... Tan... Tan... ¿Se os ocurre algún adjetivo?
A aprender y a comprar libros de cocina, aquí:
A PUNTO, CENTRO CULTURAL DEL GUSTO
C. Pelayo, 60. 28004 Mandril
Telf 91 702 10 41
