Soy

No, no es la primera persona del presente de indicativo del verbo ser.

Es el nombre del último japo experimentado por Gordocabrón, quien suscribe.

Estrategia de no-marketing: no-carteles, no-indicaciones, no-nombres... Casi ni puerta de entrada.

Salón de poco más de veinte servicios que igual podría ser una oficina de patentes que un templo de meditación que un restaurante... Minúsculo y de paredes forradas de madera, lo que conlleva un ruido terrorífico y enterarse de todas y a la vez ninguna de las conversaciones de alrededor.

El servicio, poco acogedor: "Agradécenos que te hayamos concedido el honor de darte de comer". Pagando, eso sí. Secuencia de platos leeeeeeenta, leeeeeeeeeeenta...

Carta sin complicaciones, japo-japo sin frivolidades.

El niguiri, el mejor que Gordocabrón ha probado nunca. Pez mantequilla, espectacular. Cortes, calidad del pescado y temperatura de servicio impecables, sencillamente.

Maki crujiente aceitoso, tartar de atún rico pero picante, berenjenas correctas.

Con agua y cerveza, 80 aurelios para dos personas.

Dirección: Calle Viriato 58 914457447